Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://victorepgb040090.blogpayz.com/38765169/qué-dijo-materazzi-del-cabezazo-de-zidane